Cada vez que sale un nuevo número, pienso: "¿se me hará cuesta arriba, como me ocurre con 'Ex machina', 'Los Invisibles' o 'Blanco humano', que se alargan, son densas o repiten demasiado la misma fórmula?". Entonces me ventilo el cómic rapidísimo, de una sentada; porque Spider Jerusalem no da tregua. Ritmo trepidante y abusos sociales tan sangrantes que estás obligado a seguir leyendo, con vehemencia.