Hazte así, Tetsuo, que tienes un poquito de divinidad berserker. Aaahí. Ahora.
Sí. Otro tomo. Estoy devorando este manual de destrucción post-apocalíptica a una velocidad insana, y hoy me gustaría resaltar la capacidad de Otomo para crear personajes humanos, ya sea carroña egoista o protagonistas a los que en un tomo les tienes manía y en otro les has cogido cariño, porque... Es lo que a veces ocurre con las amistades (sí, hablo de Kaneda, que tiene un buen par de hostias, ¿o no?). Ni los generales del ejército son cuasi-villanos que no atienden a razones, ni los héroes son heroicos o saben lo que tienen que hacer, ni el villano es exactamente un villano: hay gris, y escribir el gris es muy dificil.
La sociedad es predecible. El individuo, no tanto. Ni idea de lo que va a ocurrir a continuación. Reacciones humanas y, por lo tanto, impredecibles.