Cuando te toqueteas un grano y se te va de las manos.
Y fin. Su lugar en la historia del cómic me parece justificado, no solo por las gargantuescas y apocalípticas proporciones de este manga, sino también por la puerta que abrió entre oriente y occidente (¡más información, en el vídeo de esta semana!). Mucho he hablado del movimiento, la velocidad, y la escala a la que suceden las cosas en 'Akira', pero me despediré alabando el "cierre" de tramas de Katsuhiro Otomo: ni tramas abiertas, ni tramas cerradas. Simplemente, la vida sigue, y no se nos tiene que dar un 'y vivieron felices y comieron perdices' -o todo lo contrario- para concluir una historia.
En la vida real, pocas historias tienen un final tajante y delimitado.