Catarsis payasil.
A veces me salto la reseña de Harley Quinn porque la serie me suele parecer entretenimiento jiji-jaja sin mucho más fondo, pero la lectura del último tomo ha sido orgásmica por varios motivos:
Primero, la presencia de Ivy. Sus visitas son lo que más me gusta de la serie, y la delimitación de su sanísima relación con Harley. Fan-service puro y duro, pero eh. Segundo, la respuesta de dos páginas que Harley da a un Machito de Playa™ después de hacer una alabanza pública de sus "tartitas". Tercero y último, su encuentro con el Joker. Oh, sí. Años después de una absurda mitificación de la relación más tóxica de la historia, Harley dice 'hasta aquí'. Y lo dice con los puños.