Murderabilia + Rituales

Hablemos del gatete en la habitación.

He reescrito la primera frase de esta micro-reseña varias veces, porque los resultados eran a cada cual más hiperbólico y fangirlesco que el anterior.

Mira, Álvaro Ortiz... ¿Necesitas algo? ¿Una cerveza? ¿Un abrazo? ¿Un gatico? Porque la lectura de 'Murderabilia' y 'Rituales', editadas con stendhalesca belleza (vale, esto hace tiempo que dejó de ser una sorpresa) por Astiberri, me ha dado tal placer que no me siento satisfecho sólo con haber pagado el precio de portada. ¿Pistachos? ¿Un vaso de agua? ¿Algo?

Si Neil Gaiman pervierte la mitología o la fantasía para crear relatos truculentos, Ortiz hace lo propio retorciendo lo cotidiano. Levanta la alfombra de la vida corriente y anodina y deja que la parte siniestra que hay debajo enseñe las patitas.

Todo esto llevado a cabo con un minimalista estilo cuqui-Tumblr (no intenteis cambiar mi lenguaje técnico) reconvertido en narración de cuentos para adultos con unos cliffhangers más tensos que Polanski, pero mucho más abrazables.

Por último: sus viñetas consiguen ser icónicas, y eso, hablemos de un logo, un superhéroe, o un cómic de autor, es dificil de la hostia. Ambas obras están cargadas de objetos que llaman nuestra atención, que tienen una historia detrás, que deseamos que un personaje coja, añada a su inventario y analice, como si de una aventura gráfica de LucasArts se tratara.

PD: esta lectura me ha transmitido la misma sensación de expresividad pixel y misterio lúdico que un buen 'Monkey Island' o un 'Indiana Jones', pero eso habrá que dejarlo para otro momento, y puede que sea muyyyyy subjetivo.