Flash de Waid: Nacido para correr

Los curiosos años 90.

Ah, el Flash del gran Mark Waid, una de las etapas idealizadas con el paso del tiempo... Y muy curiosa.

Lo que me gusta del cómic superheroico de los 90 (aparte de que todavía hay mucho por redescubrir) es que es una etapa de transición muy loca en la que puedes pasar, en cuestión de un año o menos, de una etapa de estilo tan clásico que parece anticuada y queda un poco ridícula para la mentalidad del lector de los 90, a una etapa de pistolones, bravuconadas y un excesivo esfuerzo por querer modernizar.

El comienzo de esta etapa forma parte de las primeras: dibujo clasicote -con hilarantes excepciones- y tramas simplonas, pero con una clara intención de Waid de empezar a remodelar y ponerse creativo. Además de que se toma su tarea con bastante cachondeo: la narración en primera persona de Wally West en ocasiones es muy divertida (y también da ganas de abofetear al personaje, para qué nos vamos a engañar). Imprescindible para conocer bien a Wally West, y contiene mucha información de la mitología de los Flashes. También sirve si os queréis echar unas risas con uno de los primeros trabajos de Humberto Ramos o con historias de animales que hablan, de esas que tanto gustaban en DC.