La Increíble Masacre-Gwen #1

Hosti, tú. Que me mola Gwenpool.

Os aseguro que soy el primer sorprendido. Seguro que mucha gente que lee mis micro-reseñas piensa que si un cómic es cuqui me gustará inmediatamente, pero nada más lejos de la verdad. Hay cómics cuquis pero vacíos. Hay cómics cuquis pero que se esfuerzan demasiado por A) hacer gracia o B) ser cuquis.

Creía que Gwenpool iba a ser una serie que explotara una estética como Spider-Gwen, un desarrollo de locura aleatoria como Masacre, o una verborrea hiperactiva como la Chica Ardilla.

ERREUR.

Gwenpool tiene algo de adorabilidad kamalesca. Tiene un origen y un futuro que de verdad me generan interés. Tiene locuras deadpoolianas y humor, pero sabe cuando frenarlas para dar paso a una trama, en vez de ir dando tumbos a base de aventuras random. Hay continuidad, vaya. Tiene un optimismo 'Patsy Walker'. Tiene COLOR, y al dibujo, unas Gurihiru que han conseguido dar solidez al dibujo de influencia manga-cartoon en un cómic de superhéroes, seguramente por encargarse también del proceso de entintado y coloreado.

Me gusta Gwenpool. Me cae bien. Me gusta su diseño. Y me gustaría que se tomara en serio su "superpoder" en colecciones más realistas del Universo Marvel. Eso sí que sería arriesgado.

Este tomo, además, contiene Relleno Del Bueno: aventuras navideñas en Jay Street con Howard el Pato, Hulka, Patsy Walker, Kamala Khan, y el ma-ra-vi-llo-so grupete de amigos que son Masacre y los Ojos de Halcón.

Da calorsito. Se queda.