Shirow, eres un brasas, pero te haces querer.
Mira que le tenía ganas, pero me ha hecho bola. Me ha hecho bola durante unos meses. Masticaba y masticaba... Pero me costaba tragar.
Y es que tú vas esperando encontrar un manga con su cyber-punk, su filosofía robótica, su acción y su intriga (que las tiene, ojo, a raudales), pero lo que te da la bienvenida es un Masamune Shirow que te quiere hablar de absolutamente TODO lo que le interesa, ya sea balística, política, o botánica. Y es demasiado.
Y no me refiero al enorme número de notas al pie (en bastantes ocasiones innecesarias por lo obvias que son, otras tantas insoportables por farragosas, frenando la lectura fluída del cómic), sino a la propia narración, que peca de exceso de contexto muy a menudo. ¿Shirow ha creado un mundo futurista que funciona y del que controla hasta el más nimio detalle? Sí. Te creemos. No hace falta que nos cuentes literalmente como funciona todo. Sugerir está bien, chico.
La parte buena: el principio es duro, pero conforme terminas el primer tercio del cómic ya te has hecho a las situaciones, le has tomado el pulso a Shirow, has decidido saltarte las notas al pie, te has acostumbrado a su narración "a saltos", y en realidad estás disfrutando con los casos de espionaje tecnológico de los que se encarga la Mayor Kusanagi y su Sección 9, con una vertiente cómica que no esperabas, y un gran dibujo sucio, detallado, fluido y cibernetico.
Sencillamente obligatorio para fans de la ci-fi, la robótica, lo futurista, Dick, Gibson, cyberpunk, las pajas mentales sobre el alma y las inteligencias artificiales en general y Art88/46 de Ulises Lafuente en particular... Creo que me seguís. (Y si no tenéis estómago para lo denso... Pues ved el anime, supongo.)
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