Maison Ikkoku #1

Cantaba la rana.

Tercera obra de la Tita Takahashi a la que me subo este año, y seguramente sea la única que vaya a coleccionar entera. ¿Motivos? El primero, que son "solo" 10 tomos, que ya te vale, Rumiko, que pareces cinturón negro en obras de largo recorrido. Segundo, que tampoco puedo seguirle el ritmo a todas las reediciones manga que está sacando Planeta ahora mismo, ya sea con sus 3-en-1 (sigo teniendo el de Naruto en la pila de lectura) o con el acelerón que han pegado últimamente con la autora que nos ocupa. Y tercero, que 'Maison Ikkoku' (pese que me la habían pintado como una obra especial y algo diferente, y a mí me ha parecido, al menos de momento, que va bastante en la línea de la autora) tiene un algo que se escapa de la estructura repetitiva y episódica de Lamu, y tiene quizás una cierta evolución en los personajes, muy progresiva, eso sí, pero sin llegar a abarcar la treintena de tomos de 'InuYasha'. Es una comedia romántica de un sufrido estudiante que vive en un caótico y entrañable edificio de apartamentos y que se enamora de la nueva encargada, que carga con bastante equipaje emocional. Es este último detalle dramático el que le da una carga de humanidad (y en ocasiones, cierto melodrama que me ha recordado a propuestas clásicas "serias" como 'Mujeres del Zodiaco' o 'El club del divorcio', también por su reflejo de la vida urbana de la época) y una vía de escape a la hipérbole y el gag non-stop característico de la autora (aunque igual de efectivo que en 'Lamu'), desembocando quizás en una obra más equilibrada y menos ruidosa que otras, con mayor intención de crecimiento y de huída de lo formulaico (al menos, en lo relacionado con su pareja protagonista), dosificando la información nueva con cada nuevo capítulo.