Roaming

De amores románticos y amores platónicos.

En 'Roaming', nuestras primísimas favoritas (Jillian y Mariko Tamaki) volvieron a dar otro recital de narrativa, demostrando una vez más que no hay historia pequeña y que todo puede ser una buena historia que contar: lo importante en muchas ocasiones no es tanto el Qué, sino el Cómo.

Hay momentos en nuestra vida que quizá no son definitorios, pero sí formativos y, aunque puedan no ser lo suficientemente llamativos, espectaculares o grandiosos como para pasar a formar parte de nuestros recuerdos más nítidos, sí que nos afectaron emocionalmente con intensidad, aunque imperceptiblemente de puertas afuera, cuando los experimentamos. Esas pequeñas angustias de amor y amistad que nos suponen un mundo cuando todavía estamos formándonos como personas previo paso a la vida adulta (sea lo que sea eso), esa sensación de vértigo en nuestro estomago, de mirada al vacío, que nos provoca una frase o decisión equivocada en una boca amiga, pero que no por ello nos destroza la vida o nos aboca al drama. Los silencios contienen mucha información, y podrían haber sido gritos, pero ¿para qué? Estos son los recovecos que explora 'Roaming', concretamente en el terreno en el que nos adentramos cuando los amoríos nuevos se inmiscuyen en las relaciones platónicas previas. Y simultáneamente es un bellísimo cómic de viajes, con New York (tanto la urbana como monumental) como escenario, ciudad hacia la que se destila también un amor obvio, tanto en lo panorámico como en el detalle.

¿Que si lo recomiendo? Las Tamaki no han hecho un cómic malo en su vida. Haz lo que quieras con esta información.

Traduce Rubén Lardín.

Rústica con solapas. 440 páginas. 32€