La calma después de la tormenta

È un mondo difficile.

Llegué a esta historia autoconclusiva (que es de Arechi aunque es una licencia que tiene claramente lo que yo llamo "vibras MilkyWay") movido por estos potentísimos primeros planos bajo la lluvia que hace Nao Takami. Es una de mis debilidades: en las primeras impresiones me llaman mucho la atención la lluvia -u ojazos con lagrimones- y, por encima de todo, un buen primer plano mudo y con energía.

Efectivamente el estilo de Takami tiene el nivel de detalle desgarbado que a mí me gusta, aunque sea despiste en ocasiones, y lo que realmente me ha sorprendido es que la historia ha resultado ser más intensa y jodida de lo que esperaba (las situaciones familiares desestructuradas de una chica y una chico hace que se acerquen el uno al otro de una manera especial que nadie más podría entender), quizá demasiado, teniendo en cuenta que se tocan temas tan serios como interesantes, y habría sido ideal tratarlos con más calma, ya que la narración es confusa en ocasiones, en consonancia con el dibujo. Tan interesante como complicada de disfrutar es la relación entre los protagonistas, que oscila entre lo platónico y lo turbio debido a lo exagerado de la intensidad (el chico está rotito, le cuesta abrirse, y tiene comportamientos tóxicos; pero la obsesión de la chica con él roza lo patológico). Estos detallitos hacen que el resultado final no termine de ser redondo del todo, lo que no quita que haya disfrutado gracias a que entre más en profundidad en cuestiones familiares como divorcios y abandonos que suelen omitirse o pasar de puntillas en otros mangas.

Traduce Mónica Rodriguez