Vanish #1

The Darkness meets Harry Potter, o algo.

En 'Vanish' me he encontrado una cosa que no esperaba encontrar: la estética y el espíritu de los cómics noventeros del sello Top Cow... pero bien, sin hacer daño a los ojos ni al cerebro (os recomiendo encarecidamente que le echéis un vistazo a alguna de las primeras grapas de Witchblade, The Darkness o Tomb Raider, que son algunas de las que yo coleccionaba, porque son una auténtica fantasía digna de análisis). Cates y Stegman vuelven a juntarse y, aunque Stegman no brilla de forma tan espectacular como en algunos de sus trabajos para Marvel (quizá destila aquí menos personalidad y estilo), y Cates me saturó hace tiempo (motivos personales), lo cierto es que la propuesta me gusta. 'Vanish' juega al despiste vendiendo como superheroico, algo que en realidad no lo es, utiliza un lenguaje narrativo que nos recuerda a la primera etapa de 'Spawn' (dicho esto como algo positivo), pero sabiendo que el antiheroismo edgy ya no funciona como hace 25 años. La idea es buena, y de hecho creo que daría para algo mucho más ambicioso, pero de momento los autores se conforman con darnos diversión, entretenimiento rápido y una tremenda hostiacina sanguinolenta (sin pasarse), que a veces es lo que apetece. Sonia Oback, por cierto, flamante a los colores. Y una vez más, mis dieses a Moztros, porque creo que de verdad que a día de hoy sigo sin ponerles ni una pega en el apartado técnico. Este mes sale el #2, por cierto.

Traduce Ariel Albinati.

Cartoné. 112 páginas. 20€