Ducks HC USA

En tierra hostil.

Te lo dice el New York Times y te lo digo yo: los 'Patos' de Kate Beaton son uno de los cómics más importantes de 2022 en EEUU y de 2023 en España (publicado por Norma Editorial). Beaton lleva años haciéndonos reír con sus tiras cómicas frikis y de época y teniendo éxito por igual con sus cómics infantiles; no tenía por qué mojarse, por qué reivindicar, por qué bajar sus defensas, por qué mostrarnos los esqueletos de su armario y analizarlos desde su madurez... Pero eligió hacerlo.

'Ducks' es una obra dura por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. El trazo de Beaton es casi intrínsecamente cómico, e invita a los lectores a bajar la guardia. Mazazo. De igual manera, las expectativas te llevan a creer que Beaton va a contarte sus andanzas de cuando trabajó en la industria petrolífera canadiense para pagar las deudas estudiantiles. Y sí, esos son los cimientos, pero lo que acaba construyendo Beaton es mucho mayor, y su relato acaba siendo un insidioso recordatorio de la mierda que aguantan las mujeres en su día a día, y de cómo esta mierda puede adoptar un cariz mucho más complejo en escenarios no habituales, como una industria explotadora de recursos naturales con base en campamentos apartados y con una mayoria presencia masculina. Tenso es acompañar a la Beaton del pasado en el proceso de descubrimiento, casi a regañadientes, de cómo las decisiones sencillas de juventud se tornan, pasado un tiempo, en complejos entramados de implicaciones y ramificaciones. De cómo el capitalismo despierta monstruos machistas que permanecían latentes, destruye inocencias y arrasa comunidades. Beaton trata temas como la crisis laboral, crisis económica y crisis de identidad mientras su yo del pasado se da cuenta, como explicaron de manera brillante en 'The Good Place', que el mundo es un lugar que se complica progresivamente y en el que es imposible realizar una acción o tomar una decisión, por neutrales o personales que parezcan, que no impliquen automáticamente una serie de reacciones negativas. Una obra especialmente dolorosa, por cierto, si al igual que yo habéis seguido a Kate Beaton en redes sociales y estáis al tanto de su vida personal.