Pisos, Terrazas, Sotanos, Dúplex.
'PTSD' es básicamente magra con tomate, y una licencia de la que Grafito puede (¡y debe!) sentirse muy orgullosa. Guillaume Singelin hace un autentico regalo a les fans de la arquitectura futurista con base realista y de influencia asiática, esas megaurbes tan fascinantes y preciosas sobre el papel, pero casi incompatibles con la vida humana satisfactoria en la realidad. Si los ojos te hacen chiribitas con el 'Shangri-La' de Mathieu Bablet, el 'Akira' de Otomo, el urbanismo ciber-punk bladeruneriano, la historia de la ciudad amurallada de Kowloon o el noir koreano sucio de bombillas medio fundidas, estéticamente esta propuesta es para ti. Pero espera, que hay más. De alguna forma, 'PTSD' también es cálido; lo destartalado, caótico, detallado de sus escenarios, ese horror vacui de cemento y neón, también huele a ramen, flores, y gente que comparte lo poco que tiene, ya sea una historia o un viejo colchón en un callejón. 'PTSD' es una historia cañera y dinámica con una antiheroína potente, bandas callejeras, y gente sin techo sobreviviendo en y a la gran ciudad. Mucha otra gente habria dejado ahí, pero Singelin quiere hablarnos, en clave de ficción nada ajena a nuestra realidad, del síndrome de estrés postraumático y de cómo los combatientes en conflictos bélicos han sido carne de cañón olvidada y denostada por muchas naciones. Es una historia de redención tremendamente ágil, fea e imperfecta, pero en la que también se pueden encontrar momentos de calor humano y esperanza.
Rústica. 200 páginas. 20€