Apología de fotografía y siesta.
Esta es mi última micro-reseña vacacional, esta noche quiero irme a dormir con paz de espíritu, y el título que más paz me está dando a día de hoy es este, sin lugar a dudas.
Cómo me gustan los relatos de personas pequeñas, buenas e inocentes, a los que su autora no tortura con giros de guión ni pone la zancadilla para generar interés. Esto es tierno hasta decir basta: es la historia de un primer amor súper inocente, puro, sin sobresaltos ni cosas raras, y creo que bastante realista. Con un extra de amor por la fotografía repentino que me ha dado ganas de meterme a ese hobby, y todo. Ganta e Isaki son mis hijos y les voy a proteger. Snif.
Punto negativo a comentar: los saltos entre capítulos son un poco confusos, y más de una ocasión me he quedado dejan con la sensación de que me había saltado algo o qué alguna parte iba donde no debía. Pero bueno, que es un título súper agradable.
Si os gustaron títulos como 'Amor es cuando cesa la lluvia' o 'Nuestra salvaje juventud', os lo recomiendo. No es un pepino que se encuentre entre lo mejor del año, es más bien como acariciar un gatete mientras te quedas dormido. Y a veces es eso lo que buscas.