Apocalipsis cubista.
Arnau Sanz nos trajo este año un thriller distópico-post-apocalíptico en el que chocan y destacan, por un lado, la geometría cubista de la obra, nada habitual en una propuesta de este tipo; y por otro, que el énfasis de la narración recae no tanto en la propia premisa (un virus ha arrasado el planeta y el ejército gestiona la realidad resultante con mano dura y eficiencia inhumana) como en la visión íntima y personal de los acontecimientos desde el punto de vista de dos personajes en extremos opuestos del conflicto. Diferente, chocante, y con momentos de gran profundidad. Para ampliar horizontes comiqueros.
Cartoné. 120 páginas. 16€