Oooooooh.
Una cosa que me encanta de 'Heartstopper' (además de que sea una de esas series que sirve para enjuagarse el alma cuando hay demasiado ruido en nuestra pila de lectura) es que Alice Oseman sigue la filosofía la filosofía de gente como Noelle Stevenson y Molly Ostertag: salvo que avise se lo contrario, aquí NADIE es hetero.
Un lugar feliz que captura a la perfección la incertidumbre adolescente y las mariposas en el estómago (el viaje de estudios de este tomo es 100% realista, no me lo neguéis), sin perder de vista los temas serios.
Hasta el fin con Nick y Charlie.