Prisionero de tu amor.
En el amor está la clave. Aunque os escupan en la cara, la clave sigue siendo devolver amor. Amor y abrazos. Pero abrazos de los de romper la espalda, como los del Prisionero del Amor, aquí presente.
Ay, One Punch-Man, por mí no acabes nunca. Que tu sucesión de combates sea eterna y tu desfile de cientos de personajes con todos los poderes y diseños habidos y por haber nunca deje de crecer. ¿Saitama? Me quiere sonar.