Harley Quinn bien.
Hablábamos hoy en Twitter (lo comentaré este domingo en El Show de Comic Freaks) de cómo el cómic infantil y juvenil está revitalizado de forma tremenda la industria. Y lo cierto es que esto no se limita a editoriales como Scholastic, sino que las "dos grandes" (que no son realmente las dos grandes) se están aplicando el cuento poco a poco, sobre todo DC Comics. DC tiene en su haber ya unos cuantos pepinos 'young adult', y todos nos van a empezar a llegar en español de la mano de Hidra. El gran pistoletazo de salida fue la esperadísima, laureada y multinominada reimaginación de una Harley Quinn adolescente (y tremenda Poison Ivy, yo esto no lo sabía) en un universo realista. Y no decepciona.
Tamaki presenta una Harley fiel en esencia a los cómics, pero a la que es más fácil coger cariño, y la envuelve de representación, feminismo, crítica social, reivindicación y activismo en la figura de una Poison Ivy que no es Poison Ivy pero SÍ es Poison Ivy, creando entre ellas un vínculo de amistad en forma de inocente admiracion por una parte y paciente pedagogía por la otra. Steve Pugh pinta como los ángeles (nivel Capilla Sixtina, si me lo permitís) y convierte en un cuadro cada viñeta de este relato de drama adolescente y crítica nada encubierta al capitalismo salvaje. Y que no hace del Joker el maldito centro del universo. Viva.
Diversión, ternura, valores, y el número justo de guiños al Universo DC tradicional.
Puturrú de Fuá. Para degustar poco a poco. Algún Eisner le caerá.
Rústica. 200 páginas. 15,95€