La Espada del Inmortal #15

Y fin.

Fue a principios de los 2000, en una revista Wizard, donde leí por primera vez el título 'La Espada del Inmortal' en un ranking de las mejores series de samuráis. Es curioso que lo que recuerdo es lo mismo que he leído en muchas otras sinopsis: que va de un samurai inmortal que tiene que matar a mil hombres malvados para redimirse.

Ahora que he terminado la serie ya puedo decir que es una de las peores sinopsis que he leído en mi vida.

Ni el protagonista acaba siendo dicho samurai, ni lo de los mil hombres es relevante y, si me apuras, su inmortalidad tampoco es el centro de la historia (aunque da lugar a un arco argumental acojonante).

Hiroaki Samura nos brindó, a lo largo de 20 años, un manojo de redenciones imposibles que se cruzan y se ponen la zancadilla unas a otras; una serie de reflexiones sobre el honor, sobre dar la vida por causas mayores y sobre la futilidad del rencor y las deudas de sangre. Es una historia coral de venganzas insensatas, frustradas, abandonadas y que no llenan aunque sean cumplidas. Y es el reflejo histórico (aunque sin mucha documentación, reconoce el propio Samura) de una clase social moribunda ante la llegada de la modernidad y la prohibición del uso de la espada.

Todo esto y ademas, por supuesto, un auténtico catálogo de desmembramientos de todo tipo (con excesivo ensañamiento en algunas situaciones de violencia, aunque el estilo abocetado de Samura lo hace llevadero), con una representación del movimiento en la lucha que es auténtica poesía; uno de los más interesantes personajes protagonistas que he conocido (Rin); y una edición kanzenban que entra directa al top de las colecciones más bellas que hay en mi estantería.

Un imprescindible, hoygan.