Ethel y Ernest. Una historia verdadera

Historias de un matrimonio.

Una historia que cuenta toda la vida de una pareja es automáticamente mi debilidad. No me refiero a una historia de amor, ni a un drama, ni a una comedia. Simplemente al hecho de una vida compartida a través de diferentes épocas, penurias, alegrías, movimientos sociales, cambios... el hecho de que dos personas elijan pasarlo todo junto voluntariamente hasta el final, por ningún motivo concreto. Ese vínculo me parece único y de los más poderosos que existen en este loco mundo en el que vivimos.

Raymond Briggs, identificable por su estilo de dibujo de libro infantil ochentero (que oculta la crudeza siniestra de la vida adulta como solo puede hacerlo la ilustración británica de los 80) nos cuenta la vida en pareja de sus padres a través de las décadas, desde que se conocen hasta que mueren, siendo el escenario principal de las páginas los retablos de la cotidianeidad marital hogareña: la sala de estar, la cocina, el dormitorio y el jardín. Una historia real cuya función última no es convencer ni asombrar ni conmover (aunque conmueva) sino simplemente reflejar y salvaguardar para la posteridad un modelo de vida genérico, del montón, como podría haber sido cualquier otra pareja de Londres a lo largo del siglo XX. Y esa es parte de la magia, pensar que esa maravilla tragicómica pueda encontrarse en tantos lugares simultáneamente. Sirve además la vida del matrimonio Briggs como una exposición de cuadros de costumbres del siglo XX británico y de cómo la ciudadanía del montón evoluciona, se redescubre, se enfrenta a innovaciones tecnológicas y de pensamiento, y acepta por normales ideales que el futuro tildará de insensatas. Es una historia de un matrimonio, sí, pero es a la vez un libro de historia, una anatomía del cambio social, una historia de la segunda guerra mundial, y un recordarorio del paso del tiempo

Extra: le pondría un piso a todos y cada uno de los volúmenes publicados por Blackie Books.

Cartoné. 120 páginas. 19€