Mira que te dije que no.
Ken Niimura nos ofrece un buen tochal con su reinterpretación de tres historias tradicionales japonesas con moraleja y giros siniestros (como solo los mejores cuentos infantiles saben serlo, sean de la tradición que sean) a los que añade su vuelta de tuerca propia para sorprender al lector, incluso a aquel que empieza la lectura con un "esto me suena" en los labios.
El dinamismo sencillo y energético de Niimura, casi de animación, inunda estos relatos marcados por lo que no debe hacerse, y el rojo de lo prohibido guía al ojo a través de sus paginas.
Rústica con solapas. 408 páginas. 20€