Adiós, pareja.
Nos despedimos con ternura de una de las colecciones y dúos superheroicos más relevantes de la década. Una larga etapa para el recuerdo, una gran lectura comiquera juvenil, y por desgracia un final un poco flojito, sin sensación de cierre ni elementos especialmente llamativos, además de un desenlace de serie a trompicones, bastante caótico en lo narrativo, y con la dolorosa y perceptible ausencia de Natacha Bustos, espíritu de la colección. Respecto a Lunella, no sé que le ha pasado a los textos de Brandon Montclare, pero el encuentro de la heroína con Reed Richards y su duelo de intelectos ha sido accidentado, con giros abruptos, y la Moon Girl más desagradable que hemos podido leer en casi 50 números, dejando una conclusión tramo final bastante extraña y poco satisfactoria, en mi opinión.