Por un puñado de dracmas

Cuando Guy Ritchie visitó la Antigua Grecia.

Muy agradable sorpresa me he llevado con este desenfadado artefacto pseudohistórico de García y O'Leary, por la sencilla razón de que cuando se plantea una historia de ficción enmarcada en la antigüedad (o casi en cualquier periodo histórico que no sea la actualidad) en cualquier medio, lo habitual es que se cubra con un halo de gravedad, de dramatismo, de teatralidad. Me gusta cuando alguien retrocede en el tiempo y, al margen de que su historia tenga mayor o menos rigor histórico, se acuerda de que el pasado es complejo, variado y humano. Dudo que la antigüedad fuera temor completo a los dioses, seriedad mortal, discursos épicos y sobreactuación dramática. Me gusta que haya ridículo, que haya cotidianeidad, que se vea lo variopinto del día a día; ¡y que se usen subgéneros! Que no sea "histórico y ya está" (que también es necesario y tiene su lugar, por supuesto). En 'Por un puñado de dracmas' la veracidad histórica cede algo de terreno a la humanidad, la variedad y el entretenimiento para narrarnis con dinamismo una historia de enredo y acción en clave de humor que suena a chiste clasico: "un ex-militar ateniense y un espartano buenrollero entran en la polis para cazar un león y...".

.

Cartoné. 136 páginas. 20€