Banana Fish #1

Se nos van acabando los memes.

Se puede especular mucho sobre la situación del cómic en España, hablar de agobios, de burbujas, de sobrepublicación, de precios, etc. Pero lo que está claro es que durante los ultimos 3 años se han ido rellenando huecos impensables en el panorama editorial manga: obras anteriores a los 90, obras pioneras, obras clave iniciadas pero inconclusas, obras largas y obras largo tiempo solicitadas por el fandom.

Una de ellas es 'Banana Fish' de Akimi Yoshida que, al ser originalmente publicada entre los 80 y los 90, se encuentra en ese nicho de obras que tienen una atmósfera especial y única que a mí me atraen especialmente y me enamoran a primera vista. Además, en este caso, las estéticas ochenteras y referencias yanquis van directamente a la patata, y el trazo "como Otomo pero menos detallista" de Yoshida es justo mi vaina. 'Banana Fish' son dos palabras que funcionan como macguffin hitchcockiano y dan el pistoletazo de salida a un manga que solo puedo definir como "cualquier teleserie ochentera policiaca o de crimen callejero pero con un componente emocional extra": callejones de Nueva York, bandas juveniles, mafia, supervivencia en la cárcel, referencias a Vietnam, periodismo de investigación, Chinatown, policías bienintencionados atados de manos, corrupción, bigotes de chulazo... Y en medio de todo eso, Ash Lynx y Eiji Okumura, dos jóvenes de mundos y culturas diferentes que compartirán un vínculo muy especial gracias al azar y las palabras Banana Fish.

Enredo criminal de rápida evolución, muy fácil de seguir, y con un componente emocional y potencialmente romántico fuera de lo habitual en un drama criminal de estas características. Le pesan un poco los años en lo que a algunos temas sociales se refiere, pero también ahí radica parte del interés de su lectura.