Míralo ahí, que parece un bailaor flamenco con hacha.
Aunque la cadencia (tanto de salida de volúmenes como de narración) puede pasarle factura a la serie, nos sigue encandilando con su precioso lirismo de cuento siniestro. Unos silencios, gestos y tensión que compensan la inmovilidad de la trama llenándonos de emociones y anhelos que no sabemos bien explicar. ¿Qué les depara el futuro al Doctor y a la pequeña Shiva?