Artes y oficios.
Cada viñeta. Cada viñeta de Drifting Dragons me enamora. Cada remache del Quin Zaza. Cada detalle de la ropa. Cada callejuela de los pueblos en los que paran a descansar y abastecerse. Cada guijarro. Cada ladrillo. Cada bocado. Cada herida. Cada nube. Cada mirada perdida.