Alguien sabe lo que se hace.
Hay muchas novedades este segundo álbum, y todas ellas oscilan entre lo acertado y lo novedoso. Creo que Taxus siempre lo ha tenido dificil por ser una obra sometida a un mayor escrutinio público de lo que es habitual, pero donde hay galones, hay galones. Y se nota cuando alguien, además de dibujar, ha leído. Isaac Sánchez sabe utilizar la ficción de entretenimiento a su voluntad. Que el objetivo de una obra no sea académico, elevado o vanguardista no significa que deba ser conformista, y el salto que hay del volumen 1 al 2 (al que creo que el salto a las herramientas digitales ha beneficiado sobremanera, dándole fuerzas renovadas a las escenas de acción) no es nada conformista, y nos sigue llevando por caminos totalmente inesperados. Y tengo la sensación de que es algo premeditado, porque hay alguien al volante.
Si el primer álbum tenía más trazas de humor y línea tradicional española, el segundo anda a caballo entre la narración de la BD y los giros épicos del mainstream norteamericano, sin temer a la composición de página arriesgada ni al uso del humor surrealista en algunas escenas (la página que acompaña a esta micro-reseña es de mis favoritas del año), todo ello sin perder el norte, manteniendo el equilibrio entre humor y seriedad.
Creo que son álbumes como este Taxus, y el trabajo creativo profesional detrás de ellos, los que pueden conseguir que una indistria modesta como la española crezca unos centímetros en autoestima y se asome a la ventana de países vecinos. Y es que no vale con saber dibujar: hay que tener algo que contar. Hala, lo he dicho.
Cartoné. 64 páginas. 14,90€
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