Drifting Dragons #1

Somooos dragoneros, llevaaaamos arpones.

Versión corta: Moby Dick levemente steampunk con dragones, dibujado con detallada delicadeza, como de grabado, similar a la de Kamome Shirahama en 'Atelier of Witch Hat'. Y le metes un poco de 'Shadow of the Colossus' también, que es gratis.

Versión larga: Taku Kuwabara nos introduce en el Quin Zaza, uno de los últimos barcos aerostáticos cazadores de dragones que quedan, de la mano de una tripulante novata que se va maravillando con cada descubrimiento acerca de la solitaria y sacrificada vida de los dragoneros. El manga es muy detallado y hará las delicias de los fans de la fantasía protagonizada por bestias, pero también por los que, como yo, queráis disfrutar de una aventura solemne y melancólics centrada en la perseverancia y en las vidas difíciles, al más puro estilo de la literatura victoriana.

Siempre me ha atraído mucho la mística y la estética de ciertas profesiones en las que los trabajadores estaban recluidos o apartados mucho tiempo, ya fuera minero, astronauta, científico en una base en el ártico... O la vida de los pescadores en alta mar, aislados durante meses, trabajando de continuo, con un único y especial sentimiento de hermandad. Y creo que eso está muy bien reflejado en la obra.

Eso sí: no recomendada a quien lo pase mal con animales heridos aunque se trate de ficción. Aunque sean criaturas fantásticas (y poco idealizadas según los cánones tradicionales; más bien con un aspecto bastante marino y tentácular, al menos de momento), estamos en un barco de pesca, y hay situaciones duras y directas en ese sentido.