Traficando con órganos, que es gerundio.
Puessss no es mi rollo, la verdad. El tomo uno daba a entender que la historia podría tirar por el análisis de la moralidad del acto de asesinar a gente malvada para robar sus órganos y salvar a gente buena, pero la historia está contada con demasiadas ganas de llamar la atención.
En el tomo dos se han multiplicado las escenas de violencia y sexo, en mi opinión gratuitas y fuera de lugar, y pelín exageradas, y unos cuantos giros forzados para hacer la trama más complicada y rocambolesca, cuando no lo necesitaba.
Si queréis una historia cruda, sucia y psicopatilla: para vosotros. A mí también me gustan las historias crudas, sucias y psicopatillas de cuando en cuando, pero no me convence cómo me están contando esta.