Y olé.
Gaiman es un filón inagotable de adaptaciones, vengan del formato que vengan, y es interesante comprobar su versatilidad, así como la de los artistas que deciden adaptarle.
En este caso, Shane Oakley da forma a unos de sus relatos: un homenaje a la novela gótica tradicional -el bosque terrorífico, el caserón, el cuadro siniestro, el ruido en el ático- que es al mismo tiempo una tramposa sátira del propio género y de la voluntad creadora del Autor atormentado.
Estéticamente acertada (¿recordáis que os dije que lo que fallaba en 'Deadman: Dark Mansion of Forbidden Love' era que echaba en falta un dibujo gótico y retorcido? Este es el que debería haber tenido), breve, y cómoda de leer, sin exigencias.
Para fans de Gaiman, el relato gótico y el cómic de terror clásico.
Lo mejor, por supuesto: que viene con intro de @reverend_dust