Adiós, señor Inuyashiki.
En palabras de la sabia @estudioenrosa: "quedará mejor en anime". La historia de Hiroya Oku se postuló como una de las propuestaa locas de la temporada, y el resultado fue inesperado.
Lo loco y violento se quedó en el planteamiento para dar paso a una reflexión más profunda sobre la empatía, la vejez, y nuestro lugar como parte de la humanidad.
La serie, con momentos enternecedores, nos ha sabido a poco. ¿El motivo? Tal vez que Oku sea un creador de "entertainment", y en cuanto se enfrenta a algo con más profundidad, se encuentra con que le viene grande, y no le sabe sacar juguillo.
Punto bueno: aunque se lo podría sacar más chicha, ha acabado cuando tenía que acabar. No miro a nadie, Korosensei.