La clásica despedida marvelita en clave de humor que nunca me ha hecho ni la más mínina gracia. Este número contiene gags que he decidido no terminar de leer, otros gags que me he dormido leyendo, y una interesante reflexión de Hickman sobre la publicación comiquera y sus eventos, cuya viñeta cúlmen (e inductora del suicidio) os adjunto.