Divinidad mecánica.
Otra obra estéticamente atractiva de la mano de Milky Way, autoconclusiva e interesantísima, de las que te engañan y remueven las entretelas, oiga.
Furuya nos introduce en un idílico mundo de cuento (que bien podría ser una creación de Jonathan Swift) que vive en armonía gracias al robot-dios Marie. ¿Puede sentirse amor humano hacia un dios-máquina? ¿Y qué ocurre cuando estás enamorada de alguien que ama a un dios? ¿Y si en realidad el tema principal del manga no fuera este?
No me véis, pero os estoy guiñando el ojo.