El viaje de Felipe

De almas migrantes.

Felipe no se llama Felipe, sino Ndoumbe. Felipe no es un simpático rectangulito gris, Felipe es negro.

Con una simplicidad icónica, calpurniana, casi infantil pero demoledora. Stygryt nos ofrece un doble relato tristemente familiar como es el viaje del migrante y el posterior rechazo de las comunidades y gobiernos que deberían acogerle. Es increíble como el hecho de desvestir a una narrativa de todo realismo visual, eliminando el drama efectista y los aspectos que hacen que miremos a otro lado... consigue que todo parezca aún más absurdo y el mundo un mayor sinsentido. Un recordatorio de que, oculto bajo capas de discurso político y económico, se encuentra una decisión muy sencilla que se elige ignorar porque es incoveniente.

Un cómic que Stygryt recupera y autopublica, con un alto valor narrativo (una interesante secuencia continua que recuerda a los muñecos en movimiento que dibujábamos en las esquinas de los libros, o a los videojuegos en los que en realidad el personaje siempre está en el cento de la pantalla y lo que se mueve es el escenario), educativo y humano.