¿Me estás escuchando?

La Waldenteca crece.

Hasta la frase "Tillie lo ha vuelto hacer" es ya redundante. La joven ("insultantemente joven", otra redundancia) autora ha generado, por méritos propios, un clima de confianza alrededor de sus obras, así como un aura muy pero que muy personal e inconfundible que las envuelve. Pocos casos hay tan evidentes de una voz tan personal y cálida actuando como referente artístico de una forma tan clara y temprana.

Con Tillie revisitamos el trauma y su profunda raigambre (y la casi obligatoria convivencia solitaria con él, pues nos aterra con la amenaza de incomprensión) pero de esa forma tan cálida que tiene de narrarlo la tejana-de-adopción. Esa calidez que te hace saber que, en algún momento, alguien dirá: "estoy aquí para ti. Si lo necesitas, ni siquiera diré nada, simplemente estaré aquí para ti."

La forma y el color mutan y fluyen. Igual que hubo un salto hacia la abstracción y lo más líquido de 'Piruetas' a 'En un rayo de sol', volvemos a encontrar un nuevo salto que nos lleva más allá en '¿Me estás escuchando?', consiguiendo que un huida existencial por carretera de dos inesperadas compañeras de viaje se zambuya por completo (y por sorpresa) en un realismo magico tejano, único en la autora, cuyo destino final no es tanto un punto geográfico como un paso más allá en la madurez y el autoconocimiento.

No es sólo que me muera de ganas por saber con qué nos sorprenderá Tillie Walden dentro de 1 año, es que me muero igualmente de ganas de saber con qué nos sorprenderá dentro de 30.

Rústica con solapas. 324 páginas. 29,50€

¡Ah! Hoy anunciaré (tanto en Twitter como en Instagram) les dos ganadores del sorteo de La Cúpula, así que todo el mundo atento.