Maximum Gantz #10

Os preguntaréis por qué os he reunido hoy aquí.

El tomo que cruza el ecuador (más o menos) de Gantz se merece un post propio por una sencilla razón: me ha encantado. Probablemente el tomo que más me ha gustado de la serie, y soy consciente de que a partir de ahora todo será seguramente una caída en picado (recordemos que no llegué a terminar Gantz en su día, ¡esta es mi primerita vez!). ¿Qué ocurre cuando a Gantz le quitamos lo pueril? Que encontramos un desarrollo de personaje tremendo y un camino del héroe muy interesante, no por el éxito o la gloria, sino porque Kei Kurono (sólo Kei Kurono: casi todos los demás personajes son más planos que un folio) pasa de ser un ente asocial y egoista a conocer la humanidad y la empatía (oh, sí) por sí mismo, y eso es lo que hace que se le acabe considerando un líder, un salvador. Ese tomo está repleto de reconocimiento al sacrificio por los compañeros, amistad, y recompensa merecida a esos personajes que se desviven por los demás, que son algunos de mis tropos fetiche. Muy satisfactorio.

Tambien hay vampiros y decapitaciones, claro, que esto es Gantz.