Movidas raruno-costumbristas en la tercera fase.
Quítale el glamour hollywoodiense a los encuentros extraterrestres y a los thrillers conspiranoicos. ¿Qué te queda?
Incertidumbre triste, ufología cotidiana, y la soledad del que busca respuesta sabiendo que no la va a encontras. Anabel Colazo, más que desarrollar y concluir un tenso misterio de avistamientos extraterrestres y misteriosos hombres de negro típico de blockbuster, encadena sucesos que se acercan más a la realidad de la ufología y la leyenda urbana: la realidad de la curiosidad no satisfecha, lo que de verdad ha debido sentir mucha gente que ha perseguido lo indemostrable. ¡Chan!
La narración tiene un puntito estoico, frío e imperturbable, a lo Álvaro Ortiz, si os va su rollo.