Dos holandeses en Nápoles

La misteriosa cotidianidad de la Historia incompleta.

Parece que a Álvaro Ortiz le gusta moverse entre historias incompletas: rumores, leyendas urbanas, datos pintuales curiosos, hechos probables pero sin documentar... Y a poder ser, con un giro hacia lo truculento o lo misteriosamente tenso, como vimos en su 'Murderabilia' o 'Rituales' (no, todavía no he leído 'Cenizas' , lo estoy guardando para un día especial). En 'Dos holandeses en Nápoles' encontramos una breve grapilla de 28 páginas realizada con motivo de una exposición de Caravaggio en el Museo Thyssen, algo que podría haber quedado como un encargo sin alma para terceros, pero que se convierte en otro de sus relatos misteriosos, plagado de amor por la Historia del Arte (más concretamente, del Renacimiento), chascarrillos y detalles curiosos del siglo XVI, y un informal pero inmersivo reflejo de la vida cotidiana de los artistas de la época en varios paises, persiguiendo siempre la figura del maestro Caravaggio así como su desaparición en misteriosas circunstancias.

Lo mejor: el hilarante contraste entre un escenario histórico documentado y un lenguaje anacrónico, actual (me parto el culo con la última frase del cómic, en serio). Hay varios momentos divertidísimos. Tiene 28 páginas, pero está plagado de información y detalle. Invita a aprender por tu cuenta. Obligatorio para fanáticos del arte o la época.

Lo peor: es un librito de características especiales... y 10 pavos por 28 páginas (aunque cunde más que otros cómics más caros que he leído, la verdad sea dicha). Que la imparable carrera del autor como Instagrammer le impida hacer otro igual.

Álvaro, márcate otra histórica, va.